Existe un arma de fuego que reúne tales características y su peculiaridad la hace más peligrosa que las demás.
Fidel Sanchez.-
El Corresponsal de Sonora.- La Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos de México, prohíbe y regula la portación y posesión de las armas en nuestro país. Hay dos criterios para definir que las armas de fuego sean o no, para el uso exclusivo del Ejército y Fuerzas Armadas y son, el calibre; que no deben ser superior a los denominados 9 milímetros (en el caso de las pistolas), y a su modo de disparo, que serian “exclusivas” las de disparo automático sin importar el calibre del arma. Por exclusión a esos criterios, un arma de fuego que ni sea superior al calibre 9 mm y que su disparo no sea automático puede ser susceptible de posesión civil si se expide la licencia respectiva por parte de la SEDENA.
Existe un arma de fuego que reúne tales características y su peculiaridad la hace más peligrosa que las demás, debido a que tiene la potencia de su cartucho para atravesar chalecos antibalas. Esta arma es una pistola de fabricación Belga de la marca FN del calibre 5.7 X 28 milímetros, llamada en el mundo del hampa como “mata policías”. De su calibre la primera cifra (5.7mm) corresponde al diámetro del proyectil (de nombre) y la segunda cifra (28 mm) corresponde a la longitud del cartucho. El articulo 9 Fracción I de la ley de armas de fuego y explosivos menciona “Pueden poseerse o portarse, en los términos y con las limitaciones establecidas por esta ley, armas de las siguientes características: I.- Pistolas de funcionamiento semiautomática del calibre no superior al .380” (9 mm), quedando exceptuadas las pistolas calibre .38 Súper y .38 Comando y también en calibres 9 mm las Mausser, Luger, Parabellum, y Comando, así como los modelos similares del mismo calibre de las exceptuadas, de otras marcas”, por lo que la pistola calibre 5.7 X 28 mm “entra” como de las permitidas al uso civil.
A manera de comparación, un cartucho de ese calibre produce los efectos de un proyectil disparado del calibre .223 REM (como el del AR-15) nada mas que mientras éste último penetra de 17 a 22 pulgadas sobre un GEL BALISTICO, el calibre 5.7mm penetra 13 pulgadas y en forma ascendente, lo que implica rápida inmovilización y mayor daño en órganos del adversario. Según, fue diseñado para combate urbano y evitar la sobre penetración de los cartuchos usados comúnmente por la policía (calibre 9 mm) y evitar lesiones a terceros inocentes, la idea fue de suministrar a los equipos antiterroristas y a las corporaciones policiacas, pero es de todos sabidos que la delincuencia organizada siempre ha sabido entrarle al negocio de la compra ilegal de armas y mas cuando esta representa una ventaja de fuego y legal, a la hora de que los “pillen”, ya que representa menos tiempo en la cárcel.
Una de las ventajas de esta “modalidad” de armas es que en el caso del Sub-fusil del mismo calibre 5.7 X 28 (como la Uzi y el MP5 que son del 9 mm, término usado porque ni son fusiles ni tampoco pistolas) es que el casquillo percutido lo lanza hacia abajo y no a los lados como las demás armas, así no caen calientes sobre el que esta disparándolo ni sobre los compañeros a los lados, permitiendo con esto avanzar en grupo disparando, además, su cargador tiene capacidad para 50 cartuchos lo que permite capacidad de fuego y menos carga de municiones en el cuerpo, así mismo el cargador es de un material transparente que permite ver cuantos cartuchos quedan disponibles.
Si nuestra legislación, la adecuáramos a la potencia de los cartuchos y no solo al diámetro y al selector de disparo, se podría aumentar las penas en contra de aquellos que se dedican al terrorismo, narcotráfico o a la delincuencia organizada. Ya que como hemos visto, la tecnología ha evolucionado las herramientas de combate, entonces de igual forma debería ser la legislación para cuando la guerra se quiera llevar a la calles de nuestro país.
