CARA O CRUZ, ELECCIONES 2017

Por Luis Ignacio Lujano Rivera*
Columna: Termómetro Político
 
El 4 de junio de 2017 fue señalado para realizar votaciones en varios Estados de la República Mexica, destacando Nayarit y el Estado de México.
 
En cada elección escuchamos la frase recurrente, “ahora sí las cosas están color de hormiga” y vemos la guerra sucia de todos contra todos; pero una vez que pasan, vienen por un lado, de los que ganaron la sonrisa del triunfo y del otro lado, el alma rota por el fracaso y la desolación, porque estaban seguros de que iban a ganar y “la gente” no los merece.
 
Todas las elecciones deben partir de una gran “Y” griega, para definir si su campaña será promoviendo el “cambio” o la “continuidad”. Para el caso del Estado de México, por ejemplo, todos decidieron optar por la propuesta de “cambio”, incluso, el propio candidato del partido en el poder, quien optó por una campaña “mixta” de “continuidad y cambio”; lo que intuye que es más generalizada la inconformidad, que la buena estrategia de comunicación política del gobierno; pues aunque en verdad haya logros, quienes resultan reprobados zonas las áreas de comunicación social, pues sólo hicieron trabajos de prensa y no comunicación política.
 
Esta elección estará caracterizada por una palabra común para todos, la “soberbia”. Todos se han sentido en los cuernos de la luna, unos por la gran cantidad de estructuras que tienen y otros que sin tener estructuras, se ven fortalecidos por un político que siempre busca la conmiseración del pueblo y al grito de pobrecito, “él es como nosotros”, los demás lo siguen. El pueblo mexicano siempre es solidario y se une en la desgracia y es lo que aprovechan algunos, con campañas de sensibilización social.
 
Propuestas, pocas, más bien, mercadotecnia, bajo el principio  de que “Prometer no empobrece, es el dar el que aniquila”; la franca competencia de ¿quién da más?, ha sido el tono de esta elección.
 
Para empezar, sin duda, no está en juego el beneficio de la población, eso nos puede quedar muy claro; pero entonces ¿qué es lo que sí está en juego?
 
El poder. Sí, para tener el control de las decisiones de gobierno, los recursos y la rentabilidad social para favorecer la transición y rendición de cuentas de las administraciones que concluyen y el 2018.
 
Ahora, ¿por quien votará o por quién votó? Algunos votan bajo el lema de votar por el menos peor; otros votan diciendo más vale, malos por conocidos que buenos por conocer y otros tantos, diciendo por cualquiera, menos por el poderoso. Cada quien tiene y toma sus propias decisiones, sólo que al decidir, es de tener en cuenta, que los votos de castigo, a los únicos que afectan, es al mismo elector, pues los partidos, con la ley actual seguirán existiendo y obteniendo sus prerrogativas.
 
Por lo pronto yo les comento, para que analicen sus decisiones; que en mi experiencia en la administración pública, tuve compañeros de trabajo y jefes, buenos, de los que aprendí mucho; malos, de los que aprendí lo que no debemos hacer; pero también tuve jefes tontos, de los que no pude aprender más que una cosa: Que de los buenos, malos y tontos, lo que hacen más daño a la administración pública son los tontos.
 
Con tu decisión de hoy, construyes tu futuro y el de tus hijos.

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