Ataques a activistas de derechos humanos en el mundo alcanzan un punto crítico

En 2016, perdieron la vida 281 personas por defender los derechos humanos, frente a las 156 que murieron en 2015

Los defensores y defensoras de los derechos humanos se enfrentan a una agresión sin precedentes a escala global en medio de una retórica de demonización, restricciones a la sociedad civil y un uso generalizado de la vigilancia

Líderes y lideresas comunitarios, profesionales de la abogacía, periodistas y otros defensores y defensoras de los derechos humanos en todo el mundo afrontan niveles inéditos de persecución, intimidación y violencia, advirtió Amnistía Internacional hoy en la presentación de una nueva campaña global que pide el fin de la avalancha de ataques contra personas valientes que luchan contra la injusticia.

“Lo que presenciamos hoy es una agresión descomedida por parte de gobiernos, grupos armados, empresas y otros actores con poder contra el derecho mismo a defender los derechos humanos. Las personas que los defienden son quienes llevan la peor parte de esta agresión de dimensiones globales”, dijo Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.

“Del presidente Putin al presidente Xi y el presidente Al Sisi, líderes en todos los continentes están desmantelando progresivamente las bases necesarias para una sociedad libre, justa e igualitaria. Al despojarlas de su derecho a protestar, colocarlas bajo vigilancia y convertirlas, junto a sus comunidades, en blanco de acoso, amenazas y agresiones físicas, los gobiernos están cortando el suministro de oxígeno a quienes defienden nuestros derechos.”

En un nuevo documento, “Defensores y defensoras de los derechos humanos bajo amenaza. La reducción del espacio para la sociedad civil”,publicado hoy para acompañar la nueva campaña, Amnistía Internacional detalla los peligros sin precedentes que afrontan quienes defienden los derechos humanos. Se ha convertido en una persecución cada vez más letal: En 2016, 281 personas perdieron la vida en todo el mundo por defender los derechos humanos, frente a las 156 que murieron en 2015, según las pruebas de la ONG Front Line Defenders.

“Unos líderes autoritarios y resueltos a aniquilar los derechos humanos quieren hacernos creer que son los únicos que buscan lo mejor para nosotros, pero no es así. De hecho, quienes defienden los derechos humanos son los que luchan por nosotros —y se enfrentan a la persecución por atreverse a hacerlo—. Ahora, en 2017, la difícil situación de los defensores y defensoras de los derechos humanos ha llegado a un punto crítico debido a las medidas adoptadas por Estados abusivos”, dijo Salil Shetty.

Utilización de un creciente arsenal de instrumentos para reprimir a los defensores y defensoras

La combinación de vigilancia masiva, nuevas tecnologías, uso indebido de las leyes y represión de protestas pacíficas ha creado un nivel de peligro sin precedentes para los y las activistas de derechos humanos, advierte el documento.

Entre las nuevas tendencias está el uso generalizado de las nuevas tecnologías y la vigilancia selectiva, incluso a través de Internet, para amenazar y silenciar a los activistas.

El gobierno de Bahréin hace un seguimiento a activistas de derechos humanos exiliados utilizando programas espías, y gobiernos de todo el mundo ordenan a las empresas que revelen claves de cifrado y descifren comunicaciones personales en línea sin pensar en las consecuencias. En el Reino Unido, la policía ha puesto a periodistas bajo vigilancia con el fin de identificar sus fuentes.

En lugares como México y Rusia, redes de troles están generando cada vez más campañas de desinformación que se convierten en tendencia y cuyo objetivo es desacreditar y estigmatizar a quienes defienden los derechos humanos, como los periodistas.

Estas nuevas tendencias se suman al ya peligroso arsenal de herramientas de supresión, entre ellas los homicidios y las desapariciones forzadas, la represión del derecho a protestar de forma pacífica y el uso indebido de leyes penales, civiles y administrativas para perseguir a los defensores y defensoras de los derechos humanos.

Amnistía Internacional señala que en 2016:

  • en al menos 22 países hubo personas a las que mataron por defender pacíficamente los derechos humanos;
  • en 63 países los defensores y defensoras fueron objeto de campañas de desprestigio;
  • en 68 países los arrestaron o detuvieron solo por su labor pacífica; y
  • en 94 países recibieron amenazas o sufrieron agresiones.

“Gobiernos de distintas tendencias políticas, cuando no amenazan u hostigan a quienes defienden los derechos humanos, intentan cultivar una hostilidad abierta hacia esos defensores y defensoras mediante la propagación de una retórica demonizadora que representa a las personas activistas como terroristas o agentes extranjeros. Esta afirmación no podría estar más lejos de la realidad”, dijo Salil Shetty.

 “La pregunta ahora es: ¿Vamos a permanecer de brazos cruzados y permitir que quienes están en el poder prosigan sus esfuerzos para eliminar a los defensores y defensoras de los derechos humanos, que suelen ser la última línea de defensa de una sociedad libre y justa? ¿O nos levantaremos y nos interpondremos?”

 

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