Por Raúl González Nova

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Almoloya de Juárez, México.– La administración que encabeza #AdolfoSolísGómez vuelve a exhibir su falta de control, dirección y supervisión. No es solo que el presidente municipal sea constantemente rechazado en distintas comunidades —episodios que ya forman parte del sello de su gobierno—, sino la creciente percepción de inseguridad que golpea al municipio mientras las autoridades permanecen inmóviles.

A pesar de que los habitantes exigen presencia policial y resultados concretos, las #patrullas municipales continúan observándose en todos lados menos en las calles y comunidades de #AlmoloyadeJuárez, donde deberían estar cumpliendo su función. Esta irregularidad, documentada en diversas ocasiones por ciudadanos y medios locales, exhibe la ausencia de un mando firme y de una estructura capaz de frenar viejas prácticas internas.

La falta de supervisión permite que unidades oficiales se utilicen para fines ajenos al servicio público. Una vez más, este domingo, una patrulla de Almoloya de Juárez fue vista circulando a alta velocidad sobre la autopista Lerma–Toluca, muy lejos de su demarcación natural. Mientras el municipio enfrenta carencias graves en seguridad, los recursos públicos continúan desplazándose hacia otros rumbos sin explicación oficial.

Resulta paradójico que, en lugar de concentrar esfuerzos en atender a los ciudadanos de Almoloya de Juárez, la administración de Solís Gómez parezca más preocupada por quedar bien con terceros, descuidando lo esencial: la seguridad y tranquilidad del municipio que gobierna.

La pregunta queda en el aire y exige respuesta: ¿quién está realmente al mando y por qué las patrullas siguen lejos de donde se necesitan? Mientras no exista control interno ni voluntad política para corregir el desorden, la inseguridad seguirá marcando —cada día más— la fallida gestión de Adolfo Solís Gómez.