Por Raúl González Nova
Almoloya de Juárez, México.– En la actual administración municipal impera el desorden: no hay #PresidenteMunicipal que encabece con autoridad, los #regidores permanecen ausentes, la #contraloría no cumple con su papel y la presidencia municipal funciona sin rumbo definido. En estas condiciones, ¿qué se puede esperar de funcionarios prepotentes, sin preparación y carentes de la sensibilidad necesaria para atender a la ciudadanía, de la cual reciben su salario?

Un ejemplo alarmante es el caso de #AliciaSánchezSánchez quien se autonombra “Coordinadora de Regulación del Comercio, Tianguis y Mercado”. El documento que presentó carece de toda validez: no tiene sello oficial, está mal redactado, sin fundamentos legales ni respaldo normativo. Se trata de un oficio que no cumple con los requisitos mínimos para ser considerado un acto de autoridad.
Además, resulta preocupante que se emitan circulares improvisadas en lugar de acatar lo que establece el Bando Municipal. El supuesto nombramiento de esta funcionaria deja muchas dudas: ¿fue realmente aprobado por el Ayuntamiento?, ¿existe en la normatividad municipal la figura que ostenta? Sin sello de Gobernación ni de ninguna dependencia competente, su legitimidad queda en entredicho.

Un oficio sin sello ni fundamentación jurídica es solo papel sin valor. Y si este es el nivel de legalidad y organización que prevalece en la administración municipal, queda claro que el desorden y la simulación continúan gobernando en Almoloya de Juárez.
Los propios ciudadanos se preguntan con indignación:
¿Dónde está el presidente municipal #AdolfoSolísGómez mientras se firman y circulan oficios sin sello y sin fundamento legal?
¿Por qué los regidores guardan silencio ante estas irregularidades que afectan directamente a los comerciantes y habitantes del municipio?
¿Quién autorizó el supuesto nombramiento de Alicia Sánchez Sánchez como coordinadora de inspectores y bajo qué fundamento legal?
“Estamos cansados de que nos gobiernen con ocurrencias y documentos que no tienen ninguna validez. Queremos legalidad, transparencia y respeto. No más imposiciones disfrazadas de autoridad”, expresaron algunos comerciantes inconformes.
En Almoloya de Juárez ya no caben más simulaciones. La ciudadanía exige un gobierno que cumpla la ley y que responda con seriedad a las necesidades del pueblo. Si el Ayuntamiento no tiene la capacidad de ordenar su propia casa, mucho menos podrá garantizar un futuro digno para sus habitantes.
Almoloya de Juárez se hunde en la improvisación: un gobierno sin orden, sin ley y sin rumbo.